Mauricio Pochettino vuelve a Barcelona. Vuelve al Camp Nou. Su Tottenham debe ganar esta noche al cuadro culé si quiere estar en los octavos de final de la Champions League. Es un partido especial para el reconocido técnico argentino por muchos motivos. El principal estímulo es seguir vivo en la máxima competición continental, pero es un cruce cargado de alicientes para el preparador, que nunca ha ocultado ni maquillado su animadversión hacia el conjunto azulgrana.
«Nunca entrenaría al Barcelona, antes volvería a mi granja en Argentina. Estoy muy ligado al Espanyol, soy muy fan del Espanyol, y creo que con esto no tengo que decir nada más. Soy fiel a mi corazón y a mis emociones«, así de tajante se mostraba Pochettino hace más de un año. Pasan los meses y las temporadas, pero su sentimiento anti-culé no ha variado. Considera que si lo hiciera, se traicionaría a él mismo. Y no sólo a él. También a su familia, ya que sus dos hijos sienten con idéntica pasión y fuerza los colores blanquiazules.