Lástima que el período para que capitanes, seleccionadores y periodistas votaran por el Balón de Oro, ya se hayan acabado. Si no fuera así, tras ver el partidazo que hizo este domingo Andrés Iniesta ante el Levante, probablemente más de uno habría cambiado su voto y habrían votado al manchego.
Iniesta nos tiene acostumbrados a mostrarnos su magia. Eso no es ninguna novedad. Pero, en muchas ocasiones, magia no es sinónimo de efectividad. Y en esta ocasión, en el campo del Levante, sí que magia y efectividad se cogieron de la mano para ir juntos. Y lo hicieron de manera muy especial en cuatro jugadas.
Minuto 47. El Barça sale en la segunda parte dispuesto a decidir el partido tras el 0-0 de la primera. Recuperación en el centro del campo, balón para Iniesta y el canterano que se inventa un gran pase en profundidad para Messi, que se planta ante el portero y le eleva el balón por encima. Era el 0-1.
Minuto 51. Iniesta, que jugaba de extremo izquierdo, se va por su banda, hasta la línea de fondo y le hace el pase de la muerte a Leo Messi para que bata al portero Munua.
Minuto 55. Andrés se ha «cansado» ya de darle asistencias a sus compañeros y decide, tras un pase de Pedro, lanzar un gran disparo desde el límite del área y el balón se cuela por la escuadra de la portería del Levante.
Minuto 62. Iniesta ya ha conseguido su gol y vuelve a su papel de asistente. En esta ocasión es Cesc quien recibe su «regalo», regatea al portero y casi sin ángulo marca el 0-4.
Y por si faltase algo, Andrés Iniesta «aprovechó» para marcarse ese partidazo el mismo día que con 422 partidos superaba a Guillermo Amor y ya es el sexto jugador con más partidos jugados en la historia del Barça.
Fuente: www.sport.es