La carrera de Arda Turan ha caído en picado desde que llegó a Barcelona. Sus años como colchonero enamoraron al mundo del fútbol, entre ellos a Luis Enrique quién pidió su llegada al Barça. No pudo jugar durante sus primeros meses por la sanción que tenía el Barça y posteriormente la llegada de Valverde le condenó a su primer ostracismo.
Ante la falta de minutos se buscó una salida a su país y firmó por el Instanbul Basaksehir, pero lejos de revalorizarse empezó el declive de su carrera con una conducta lamentable fuera de los terrenos de juego.
Fue condenado a 2 años y 8 meses de prisión por disparar en un hospital con un arma sin licencia pese a que al final no entró. Esa misma noche le rompió la nariz de un cabezazo a un cantante turco en una discoteca. Estos hechos le costaron la rescisión de su contrato con el Basaksehir y volvió al Barça donde aún tenía contrato.
A los episodios extradeportivos hay que sumarle una agresión a un periodista turco en la concentración con la selección turca.
Después de rescindir su contrato con el Barça en el 2020 fichó por el Galatasaray, equipo donde se formó. Tampoco ha tenido mucha suerte, tan solo ha jugado 276 minutos en 9 partidos entre lesiones y problemas de forma física. Domènec Torrent no le ha convocado para su visita al Camp Nou y lo tiene apartado del equipo por su forma física.
