Y ahora, Deco. Sí, sí Deco. Que suene el brasileño no me genera demasiada confianza por su falta de experiencia en un cargo similar y, sobre todo, porque tengo la sensación de que mirará antes por sus intereses personales que por los del club.
Dicho esto, cualquiera que venga ahora después de Mateo Alemany tiene todas las que perder. Sea quien sea tendrá el listón muy alto y en este caso, Deco, no creo que esté preparado ni que tampoco esté capacitado para asumir su relevo.
Además, también me da cierto miedo a que su relación con Jorge Mendes y el mercado brasileño acaben convirtiendo al Barça en un club desnaturalizado y sin ideas en el mercado. Insisto y ojalá me equivoque porque a pesar de NO tengo claro quién debe ser el sustituto de Mateu, lo que NO quiero está en Deco. Un futbolista que, por cierto, me encantaba, pero que también hizo de las suyas fuera el terreno de juego cuando estuvo en el Barça.