Qué forma de cerrar el año… Mateu cumplió con los pronósticos y el Barça también. Los azulgranas siguieron ofreciéndonos demasiadas dudas contra un rival muy inferior y que apenas inquietó la portería de Ter Stegen. Era el partido perfecto para golear y enviar un mensaje a la capital pero los de Xavi lo desperdiciaron con una segunda parte nefasta.
Ni contra el Espanyol más inofensivo y débil de los últimos tiempos el Barça pudo llevarse los tres puntos y por eso los blanquiazules lo celebraron casi como si fuera un título. Lo entiendo, tampoco se lo da por mucho más.
Por otra parte, Mateu Lahoz, de nuevo fue el protagonista del duelo con su festival de amonestaciones. No teníamos ninguna duda de que el valenciano querría su cuota de relevancia en un partido tan mediático como el del sábado. Qué desastre, qué sinvergüenza y qué ganas de que le pongan en la nevera unas semanas. Ya sabíamos que esto ocurriría pero no es excusa. Que si la vuelta del Mundial, que si el árbitro, que si el horario… Nada de nada, hay consolación el Barça debería haber cerrado el 2022 con una goleada contra el Espanyol.
