Sigo escuchando llantos, quejas y lamentos con el arbitraje de De Burgos Bengoetxea y Soto Grande en el Clásico del domingo. Ahora se ha puesto de moda realizar una clasificación virtual con los puntos que el VAR ha dado y ha sacado a cada equipo sin tener en cuenta si han sido fallos o aciertos. Sin ningún tipo de criterio, sólo teniendo en cuenta las veces que ha intervenido en jugadas decisivas. En las que acierta también.
Algunos carecen de vergüenza. Nada. Tampoco para criticar ahora un acierto del video arbitraje apelando a la falta de fe en esta herramienta que según sopla el viento es amiga de unos y enemiga de otros.
Repito mi discurso de ayer. Me parece de equipo pequeño, muy pequeño, estar entonando esa cantinela. 12 puntos de diferencia son por algo más que los fallos o aciertos del VAR. Y por cierto, aquellos que ahora se quejan de la falta de precisión del video arbitraje son los mismos que con su llegada hablaban de ellos maravillas. Si no te lo crees dígalo desde el principio y no sólo cuando las cosas no te vayan de cara. Pero ya sabéis que en este país todo vale cuando es cuestión de manipular.
