Una Copa que hacía mucha falta, una final que se jugó con mucha personalidad y con un dominio abrumador. Un título muy necesario y que hace justicia.
Como decía Piqué, probablemente no sea la competición más importante pero tal y como empezó la temporada, ya hubiéramos firmado una Copa del Rey al inicio de curso. El Barça de momento ya se ha salvado de una temporada en blanco y quien sabe si el 23 de mayo podremos celebrar el doblete.
El Barça ya no tiene esta exigencia de ganar que si que tienen Madrid y Atlético. El Barça ya sabe qué es celebrar un título este curso y, de rebote, también podrá afrontar con las máximas garantías posibles y cierta tranquilidad el tramo final de la temporada.
La Copa nos ha dejado muchas más cosas que un trofeo más a las vitrinas. Felicidad, celebraciones, abrazos, complicidad y sobre todo las imágenes de Koeman, De Jong, Pedri, Piqué, Ter Stegen, Busquets, Alba, Griezmann, Dembélé y sobre todo Messi con una sonrisa de oreja. Que importante es tener a todos enchufados en este último suspiro del año. La Copa es la Copa, la Copa es el paso previo al doblete. ¡Vamos culés!