Pues no, perder tampoco tiene consecuencias con Laporta aunque fuera el mismo presidente quien pronunciara estas palabras. Sin embargo, me cuentan que el jueves pasado todo apuntaba a un relevo inmediato en el banquillo azulgrana pero que cuando se pusieron a hacer números para tramitar el despido del holandés, fue imposible encontrar una fórmula económica viable para los intereses del club.
Así que ahora mismo… «es lo que hay». No hay más. Tocará tragarse a Koeman y cruzar los dedos para acabar entre los cuatro primeros en la Liga, hacer un buen papel en la Copa y caer con dignidad en la Champions. Con Koeman tampoco se puede aspirar a comenzar un proyecto de largo recorrido por los próximos años, no se le renovará y tampoco hay suficientes argumentos en la plantilla como para hacerlo.
Llega un nuevo parón de selecciones y pensaba que no lo diría nunca pero le irá bien al Barça. Un poco de tranquilidad y de desconexión nos irá bien a todos. A los aficionados, jugadores, entrenadores y directivos. Hoy por hoy no hay más, el Barça a la deriva pero Laporta y Koeman están condenados a entenderse al menos hasta final de curso o hasta que Koeman presente su dimisión mucho me temo no llegará. ¡Ánimo culés, en los buenos momentos y sobre todo en los malos debemos estar orgullosos de estos colores!