Ya han pasado 365 días desde que Laporta volvió a recuperar su mandato. 365 días de una noche histórica por el barcelonismo y 365 días desde que Messi votó al actual presidente. Y, ¿cómo ha llovido desde entonces, verdad?
El balance de este primer año me atrevería a decir que no ha sido el deseado ni por Laporta ni por los culés. Sin duda, nos imaginábamos otro tipo de situación y otro tipo Barça. Con Messi, con refuerzos de lujo y con una situación económica bastante menos grave que la que existe. Desgraciadamente, el presidente se ha tenido que pasar buena parte de su primer año lidiando con la herencia que le dejó Bartomeu que ha requerido un gran esfuerzo
Tampoco fue el más acertado empezar el curso con Koeman en el banquillo o presentar los avales en el último momento y sobre la bocina. Hay muchas cosas que mejorar y probablemente, Laporta, haya estado lejos de ser el presidente que esperábamos en este primer año. Por el momento no ha cumplido con las expectativas pero creo que seguimos teniendo motivos para confiar en ellos. Motivos como Xavi, los fichajes, el Espai Barça, el acuerdo con Spotify y todo lo que pueda venir detrás para volver a tener un Barça saneado y campeón.
Éste es el objetivo. Roma no se construyó en un día y a Laporta tampoco le podemos exigir milagros en tan poco tiempo. Poc a poc, buena lletra y… sobre todo que “n’aprenguin”. Que Laporta marque el camino.