Jugadores, cuerpo técnico y el personal que trabaja con el primer equipo masculino del Barça se reunieron en una cena este pasado miércoles, 2 de noviembre, en la masía de Sant Quirze del Vallès, donde habitualmente se han reunido en otras ocasiones.
Todos acudieron a la convocatoria del entrenador, Xavi Hernández, para celebrar una última cena de equipo previa al parón por el Mundial de Qatar 2022. El objetivo, conjurarse para ganar los dos partidos de Liga que quedan antes de este parón (sábado ante el Almería en el Camp Nou y el del martes, día 8, en El Sadar). Sobre todo, después de la decepción en la Champions, el equipo azulgrana quiere avanzar en su proceso de reconstrucción y demostrar que está capacitado para ganar trofeos esta temporada.
Tanto Xavi como sus jugadores llegaron alrededor de las 9 de la noche. Los capitanes llegaron todos juntos, a excepción de Gerard Piqué que se retrasó unos minutos. La cuenta de anoche la pagó el primer capitán del equipo, Sergio Busquets.
A su llegada, los jugadores dejaron varias anécdotas. Memphis Depay tuvo algunos problemas para aparcar su Rolls Royce y tuvo que dar bastantes maniobras hasta conseguir dejarlo como quería. En la misma línea y viendo las dificultades de su compañero, Ter Stegen bromeó con los reporteros para comprobar si su coche estaba bien aparcado. Quien no tuvo problema ninguno para aparcar fue Ronald Araújo, en plena recuperación de su lesión en el aductor largo del muslo derecho, que llegó en taxi.
Ansu Fati fue el último en llegar al restaurante porque se desorientó y se equivocó de parking. Miembros del staff tuvieron que ir a buscar al joven jugador para que pudiera empezar la cena con sus compañeros. El único ausente fue Franck Kessié por la lesión en el bíceps femoral que sufrió en el partido contra el Viktoria Plzen, el pasado martes.
