El presidente del Barcelona cerró ayer una semana de reuniones y comparecencias para explicar la versión de la entidad azulgrana del “Caso Negreira”. El punto y final a una semana muy movida de Joan Laporta ha sido el viaje hasta Eslovenia que realizó en el día de ayer, para reunirse con el presidente de la UEFA Aleksander Ceferin.
En el encuentro, Laporta le ha explicado a Ceferin, como ya hizo el pasado lunes con la prensa y el miércoles con la Liga, los argumentos para defender el Barça de cualquier injuria o acusación relacionada con la compra de árbitros, justificando los pagos existentes al vicepresidente del comité técnico de árbitros (CTA) con servicios e informes de scouting y de carácter técnico-arbitrales. El presidente culé ha reiterado que el Barcelona no ha comprado árbitros y tampoco ha pagado para tener influencia entre ellos.
En un momento donde las relaciones entre el conjunto catalán y la UEFA son tensas por el enfrentamiento por la Superliga, Laporta ha querido, con este viaje, rebajar el souffle y recuperar la concordia institucional. Ya el lunes, en la rueda de prensa, buscó de manera clara, la complicidad de la UEFA y de su presidente en este asunto, “El señor Ceferin está actuando con prudencia y de forma responsable. No ha caído en la trampa del señor Tebas. Al menos de momento. Los inputs que tengo de la investigación de la UEFA es que se pronunciará cuando seamos juzgados” dijo durante su intervención.
Las sensaciones en la cúpula culé después de la reunión son positivas y refuerzan las palabras que mencionó Laporta el pasado lunes “Los inputs que tengo de la investigación de la UEFA es que se pronunciará cuando seamos juzgados. Como estoy convencido de que el Barça será eximido de cualquier responsabilidad penal, tengo claro que seguiremos con normalidad». El optimismo es general entre la directiva. Ahora mismo, se ve lejos una posible sanción que no permita al Barça participar en la Champions League la próxima temporada.
