Tito Vilanova y el cuerpo técnico del Barça están de enhorabuena. El motivo, más allá del buen juego y el resultado favorable cosechado en Moscú, es la recuperación de varios jugadores a su mejor nivel; especialmente en facetas defensivas. Uno de ellos es Dani Alves.
El lateral brasileño volvió este martes a la senda del gol; un camino que tenía abandonado desde hacía prácticamente nueve meses. Concretamente, desde el pasado 26 de febrero de este mismo año. En otro defensa, dicha estadística no resultaría especialmente llamativa, pero tratándose de uno de los carrileros más valorados y de mayor recorrido del mundo, sus goles se empezaban a echar de menos. No en vano, Alves acumula ya 16 tantos como azulgrana en 222 partidos oficiales.
La casualidad también quiso que el tanto de Alves sirviese para abrir la lata en Moscú, tal y como hizo con su último gol oficial como azulgrana, anotado el 26 de febrero en el Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid en partido de Liga. Aquella noche, Alves batió a Courtois tras culminar una gran triangulación que iniciaron Messi y Cesc. Falcao empataría para los ‘colchoneros’ en la segunda mitad pero Messi se encargaría de dar el triunfo a los de Guardiola en las postrimerías del encuentro con un soberbio golazo a balón parado. En Moscú, sin embargo, el carrilero brasileño apostó por un disparo cruzado y seco desde la frontal del área para avanzar a los suyos ante el Spartak.
Buenas noticias pues para el Barça, que empieza a recuperar la mejor versión de uno de los mejores defensas del mundo, tras los intensos rumores de cambios de aires que surgieron el pasado verano y tras la irrupción definitiva de Martín Montoya como una seria alternativa para el carril derecho azulgrana.
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