Los de Xavi Hernández salieron derrotados tras cuajar un partido gris frente al Inter de Milán (1-0). El pobre encuentro del Barça despierta dudas y hace pensar que el equipo sigue estando acomplejado en sus partidos por Europa.
Partido clave el que se presentaba para el Barça en el estadio Giuseppe Meazza, porque estaba en juego algo más que tres puntos. La plaza en octavos estaba en el aire. El arranque estuvo parejo y lleno de intensidad. Los culés fueron adueñándose de la pelota pero no conseguían hacer daño , por falta de profundidad.
Esa escasez de ocasiones venía era fruto de lo lejos que tenía que recibir Lewandowski y el poco acierto de Dembelé y Rapinha para tomar buenas decisiones.
Al ecuador de la primera mitad empezó a llegar la polémica a Milán. Eric García golpeaba al balón con la mano y todo parecía que iba a ser penalti, solo el VAR lo pudo salvar. También anuló un gol a Correa por un fuera de juego muy Justo.
Tanto aviso que en el minuto 46, Çalhanoglu no perdonó desde la frontal con un disparo raso pero pegado al poste. Imposible para ayer Stegen. 1-0 y muchas dudas entre los blaugranas.
La segunda mitad cambió, aunque todavía se notaba la falta de inspiración entre los culés. Solamente Dembelé tuvo una ocasión clara, que pegó al palo.
Las entradas de Ansu y Balde agitaron la banda izquierda y llegó el peligro. Dembelé, que mejoró en el segundo acto, puso un centro que acabó convirtiéndose en gol de Pedri tras una mala salida de Onana. Sin embargo, el VAR anuló el gol por mano de Ansu. Una mano que procedía de rebote…
Los blaugranas lo intentaron, pero de nuevo el VAR y el colegiado decidieron que los culés no gozarían de un posible penalti por manos del Dumfries.
Una mala noche del Barça, a quien todavía se le nota algo acomplejado cuando tiene que viajar por Europa. La semana que viene, de nuevo contra el Inter, será clave.
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