Eran otros tiempos y era otra la historia…
El 10 de febrero de 1952 será recordado como el día en el que Kubala le marcó siete goles al Sportig Gijon y quedó en la historia Balugrana como el jugador que más goles marcó en un partido de Liga.
El delantero cule fue una fiera aquel día, y si bien llegaba de una lesión, que parece no haberse notado, los diarios como «Vida Deportiva» fueron categóricos con su actuación: «Tiene un instinto único y técnicamente es asombroso». Al que no parece haberle impresionado fue al propio Kubala que tras el partido declaró: “un día en Checoslovaquia marqué nueve en un partido que acabó 11-1”.