El Barça no acudió a la asamblea de la Liga y delegó su voto a otro equipo de la categoría.
El conjunto blaugrana delegó esta responsabilidad al Real Madrid, el eterno rival del Barça.
Inicialmente la directiva blaugrana quería delegar el voto en el presidente de la Liga Javier Tebas, pero los estatutos no permitían esta posibilidad, por lo que finalmente eligieron al conjunto blanco.