La destitución de Mano Menezes como técnico de la ‘verdeamarelha’ dio pie a que aparecieran numerosos rumores sobre el que podría ser el próximo seleccionador brasileño. Entre la multitud de nombres apareció de repente el dePep Guardiola, sin equipo desde que decidiera abandonar el Barça tras un periodo de cuatro años lleno de éxito.
La noticia corrió como la pólvora por todo el mundo y aunque rápidamente las dos partes -confederación brasileña y representante de Guardiola- desmintieron la existencia de contactos, la opción de contar con el laureado entrenador de Santpedor ha sido el tema estrella de la semana en Brasil. Una opción que nada más y nada menos que el mítico Sócrates ya contempló en su día.
Así lo recoge el periodista Matías Manna en su libro ‘Paradigma Pep’, en el que explica la relación de Guardiola con el fútbol brasileño a lo largo de su carrera.
Un vínculo que empezó en 1982 durante el Mundial de España, en el que la selección brasileña de Valdir Péres, Leandro, Oscar, Luizinho, Junior, Sócrates, Toninho Cerezo, Falcao, Zico, Eder y Serginho quedó en la memoria de Pep pese a no poder ganar el título ante la Italia de Paolo Rossi.
Fue el primer contacto de muchos. Hay una larga lista de coincidencias en la carrera profesional de Guardiola con el país de Joao Gilberto y Caetano Veloso: La final en Japón en 1992 frente a Sao Paulo de Telé Santana, el partido del centenario del Barça frente a la selección brasileña, la coincidencia en el Al-Ahly de Catar con el entrenador José Macia, ‘Pepe’ (ex jugador del Santos de Pelé), la decisión de no contar con Ronaldinho cuando Pep asumió en el primer equipo…
Pero algo provocó un punto y aparte en esa relación histórica. Mientras dirigía a Alves y a Adriano en su Barcelona maravilloso, Sócrates (el mismo que seguramente maravilló a Pep por televisión en el Mundial disputado en España) realizó una petición a la federación de su país. En ella recomendaba a Guardiola como entrenador de la selección de su país.
La mención no era original -a esas alturas, reconocidas personalidades del fútbol mundial solicitaban a Pep como futuro seleccionador del país de turno-, pero el argumento de Sócrates tenía su lógica: “¿Quién juega de defensa en el Barcelona? ¿Los has visto jugar? No necesitan defender como los demás. No destruyen porque sus mismos defensas inician el ataque. Los sistemas actuales han ‘infectado’ a los defensas brasileños y los limitan ofensivamente, obligándolos a defender como los demás, reduciendo así su rendimiento. El estilo de Guardiola sería perfecto para Brasil«.
Con permiso de Alex Bellos, autor del brillante libro “Futebol: the Brazilian Way of Life”, y de reconocidos futbolistas que quedarán en la historia mundial, nadie mejor que Sócrates para elegir al entrenador de su selección. En octubre de 2011, el mentor de la frase “mi partido perfecto sería que nadie errase un pase” apostaba por Pep para recuperar la identidad del fútbol brasileño.
El deseo de Sócrates no pasó desapercibido en el mundo del fútbol. La cercanía del Mundial en Brasil 2014, profundizó el debate futbolístico en esa tierra. El juego y el camino seleccionado por el equipo de Pep entusiasmaron tanto que la mayoría de los brasileños en las encuestas mostraban su agrado para que un entrenador extranjero se haga cargo del equipo. Sin embargo, la opción de Guardiola no será la elegida. Al menos por ahora.
Fuente: sport.es