Raúl González sigue pensando en blanco madridista. Pese a la coincidencia de colores entre su actual equipo, el Al Sadd, y el Real Madrid, el mítico ‘7’ conserva su identificación absoluta con el ADN del club de Chamartín.
Los presentes en el congreso Aspire4Sports que se está celebrando en Qatar lo pudieron comprobar ayer en el coloquio que, bajo el título Leyendas del Real Madrid, ofrecieron Fernando Hierro, Pedja Mijatovic, Georghe Hagi y el propio Raúl, moderados por Valter Di Salvo, director de rendimiento de la deslumbrante Academia Aspire.
Fue una charla repleta de anécdotas que ayudan a comprender qué ha hecho del Real Madrid el club más respetado del fútbol mundial. Fernando Hierro comenzó recordando cómo fue su primer partido en el Real Madrid: «En pretemporada, el capitán nos reunió en el vestuario de Gijón y muy serio nos recordó: ‘señores, somos el Real Madrid y no podemos perder ningún partido, sean oficiales o amistosos. El de hoy, tampoco».
RAÚL
«Son esos valores que nos inculcó a todos Di Stéfano»
Raúl, que no paró de hacerse fotos con aficionados y asistentes antes y después del evento, apeló a los valores que le inculcaron desde el primer día: «Tuve la suerte de debutar con muchos padres adoptivos en el vestuario, que me cuidaron mucho y me mimaron: Hierro, Sanchís, Buyo, Redondo, Alkorta… En el Real Madrid no hay amistosos, siempre hay que ganar, pero dando una buena imagen, respetando a los rivales, conforme a unos valores… Son esos valores que nos inculcó a todos Di Stéfano y el resto de sus compañeros de aquel fantástico equipo. Los valores que te hacen sentir la admiración y el respeto de los rivales allá donde juegas con la camiseta del Real Madrid».
Máxima exigencia
Pedja Mijatovic se refirió a la exigencia implícita del club blanco desde su doble experiencia como jugador y como director general: «Es una equivocación pensar que por tener un presupuesto muy alto, jugar o gestionar el Madrid es fácil. Este club es único porque la presión que tiene es única, no hay nada parecido. En el Madrid hay que ganar, pero además está la manera de ganar, algo que a su afición le importa mucho». Hierro apuntó una anécdota muy ilustrativa: «Recuerdo un partido contra el Sporting en casa. Era el primero de la temporada, después de haber ganado la Champions. Vencíamos 2-0, el juego no estaba siendo brillante y el público nos pitaba!».
Raúl quiso puntualizar entonces que «el Real Madrid es tan grande precisamente por eso, por la enorme exigencia que tiene y que le rodea siempre. Si haces una pretemporada en China tienes que dejar una buena imagen allí, porque eso es bueno para el club y para los jugadores».
El papel del capitán como correa transmisora de la identidad del club fue uno de los temas estrellas del debate. Hierro comenzó bromeando con Raúl -«yo le tuve de segundo capitán y era mucho peor que luego de primero, estaba siempre quejándose y apretándome para que consiguiera más y más…»-, lo que provocó las risas del auditorio.
HIERRO
«Admiro cómo veteranos como Xavi e Iniesta transmiten esa personalidad de su club»
Luego, más en serio destacó la importancia del liderazgo compartido: «Es algo grupal, no creo en el líder único: si me lo han enseñado a mí, yo tengo que enseñárselo a los demás». Mijatovic reveló que desde el primer día que compartió vestuario con él tuvo claro que Raúl estaba destinado a ser capitán del Real Madrid: «Era una cosa evidente. Raúl es el futbolista joven con más personalidad que he visto en mi vida». También se quejó del paso atrás que, a su juicio, está dando el fútbol en este apartado: «Se está perdiendo un poco eso de ir en beneficio del equipo, incluso a costa de que vaya a veces en detrimento propio. Tenemos que volver a eso».
El compañerismo
Hierro apuntó entonces que las nuevas tecnologías no ayudan precisamente: «Hoy, con internet y las redes sociales todo el día a mano y en las habitaciones, es mas difícil lograr esa cohesión en un grupo. Por eso admiro cómo veteranos como Xavi e Iniesta transmiten esa personalidad de su club». Raúl recordó cómo, con Capello en el banquillo, se juntaban las noches antes de los partidos de Champions «y hablábamos, y nos decíamos todo: lo que había que corregir, la táctica, el rival… Había otra atmósfera».
Fuente: marca.com