El Espanyol es de extremismos, sin término medio. Igual se tira casi un año sin ganar a domicilio, que lidera todos los rankings: de tarjetas en diez jornadas (5 rojas/49 amarillas), de faltas (180 cometidas/198 recibidas), de goles encajados de cabeza (5), de remates en contra de cabeza (35).
Pero desde hace un mes se le empiezan a ver los ‘brotes verdes’ al equipo de Pochettino. Está creciendo en resultados. Y el próximo sábado, de vencer a Osasuna en Cornellà-El Prat, puede abandonar por vez primera la cola de la clasificación.
Si la Liga hubiera empezado hace un mes, en lugar de a mediados de agosto, el equipo blanquiazul estaría clasificado hoy en zona de Europa League.
Los últimos treinta días han sido bien aprovechados y rentables para el grupo de Mauricio Pochettino. Tras cosechar un pírrico empate ante el Athletic en las seis primeras jornadas, en las cuatro últimas va casi como un cañón. Atendiendo a la media inglesa, con dos empates ante Valladolid y Málaga y dos victorias frente a Rayo y Real Sociedad, empieza a ver la luz.
Sólo cinco equipos mejoraron los registros del Espanyol en este tiempo. Real Madrid, Barcelona, Betis y Levante sumaron 10 puntos, por 9 el At. Madrid y 8 el Espanyol.
El optimismo por el cambio se palpa en el vestuario. «Al fin estamos consiguiendo lo que tanto anhelábamos: romper la mala racha», sostiene Joan Verdú sobre la transformación de los resultados.
El centrocampista, alma del equipo y máximo goleador, cree que «se empieza a recoger el mucho trabajo en los entrenos. Lo que todos estábamos esperando, que era reaccionar y coger la buena línea».
Verdú cree que también ha influido «el hecho de poder recuperar algunos jugadores que salían de lesiones, y como pasó ante Málaga y Real Sociedad, empezar a matar los partidos, sin encajar gol, y empatar o ganar».
Aboga ahora Verdú por redondear la cuenta «ante Osasuna, un rival directo, siempre complicado por suforma de jugar. Hay que aprovechar que jugaremos en casa».
Sergio García, recuperado para la causa tras dos meses de baja, sostiene: «El equipo ha trabajado mucho y bien para obtener los últimos resultados. Ya lo hizo antes, sólo que entonces no recogimos los frutos a nuestro esfuerzo». «No sé si tengo parte de culpa. Siempre trato de aportar cosas al equipo. Pero antes de que yo volviera ya se estaba jugando bien. Hay que seguir hacia arriba», dice.
Raúl Rodríguez, todo polivalencia en defensa, cree que «no ha habido un cambio sustancial» en la idea del juego. «La línea de trabajo en las últimas dos o tres semanas es la misma, pero ahora somos más efectivos, el equipo ha madurado y recogemos los frutos», dice.
Raúl cree, a su vez, que una victoria ante Osasuna «reforzaría psicológicamente al grupo. Y aunque queda mucha Liga, por el rival y su situación en la clasificación, sí es un partido importantísimo».
Fuente: www.mundodeportivo.com