Además de salir al rescate del galés Gareth Bale y en menor medida del técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, la gran obsesión de Florentino Pérez, presidente madridista, es no convertirse en el centro de las iras de los aficionados blancos. El máximo dirigente del Real Madrid tiene pánico a que el Santiago Bernabéu deje de mirar al césped y ponga su punto de mira en el palco. La posibilidad de sufrir una pañolada le agita. No entra en su cabeza que la afición pueda señalarle directamente como el culpable de la actual crisis deportiva, pese a que es el autor material y espiritual del actual diseño de la plantilla. Por eso todos sus movimientos están siempre dirigidos a salir indemne de la actual situación.
El guión de Florentino Pérez es siempre el mismo, evitar que la afición le señale directamente como el gran responsable de los malos resultados. De hecho, el presidente madridista actúa casi siempre en función de las encuestas que se manejan en el club. Los fichajes y los técnicos muchas veces de los sondeos de opinión. Por eso ahora está muy pendiente de que la crispación del Bernabéu acabe pasando factura a la directiva.
Los pitos que se escucharon durante el partido contra el Schalke fueron el primer aviso. Florentino Pérez se lo tomó tan en serio que dos días después compareció ante los periodistas para atacar precisamente a la prensa. El presidente madridista atacó a los dos diarios deportivos madrileños y les hizo responsables del actual estado de crispación que se vive en la grada. Recurrió a la habitual teoría de la conspiración, de la que el portugués José Mourinho era un consumado especialista. Según su versión, las derrotas son consecuencia de lo que publican As y Marca, no del pésimo juego del equipo de Ancelotti.
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Fuente: www.sport.es