Ernesto Valverde ha vuelto a dar más de 48 horas de descanso a sus jugadores tras el partido contra el Slavia y con estas, los jugadores ya superan el doble de vacaciones que la Federación Española de Futbol estipula para sus jugadores, fijado en 30 días por temporada. A estas, se suman el parón de selecciones y nos vamos a que el Barça, como equipo, se entrenará como mucho, 3-4 días en dos semanas. Totalmente inédito.
Los jugadores no han perdido las ganes de jugar, pero viendo que no hay capitán que dirija, ya no en el equipo sino el club, se abonan a otros proyectos que les motiven mientras pasan los días y certifican la decadencia. Messi con su Messi Cirque que está siendo todo un éxito, o Gerard Piqué que le concide su Copa Davis de tenis con otro parón donde no jugará con España, y para acabar de completar su descanso, no se deberá incorporar inmediatamente porque curiosamente en el partido contra el Dortmund de la vuelta de Champions, se descartó por acumulación de tarjetas.
Son muchos los que desde dentro no aprueban la gestión de Valverde pero tenemos que recordar que Bartomeu apostó por él, renovándole hasta el 2021. Aceptar un error tan grave como este a las puertas de unas elecciones donde busca colocar un delfín sería precipitado. En cambio, motivar con sacarse de la manga a Koeman a final de temporada sí podría ser un revulsivo. Sólo una cosa: se deberían evaluar las consecuencias de una temporada tan desastrosa como la que puede terminar siendo si seguimos así. Pesos pesados como Ter Stegen ya han hecho llegar al club que no han perdido la ambición de jugar para ganar.