Estamos en un mundo globalizado donde el pastel cada vez se lo reparten menos. También lo encontramos en el mundo del deporte y uno que mueve los hilos en varios a la vez es Gerard Piqué: tenis y fútbol. Dejamos de lado hoy su versión de empresario, el éxito incuestionable que pueda tenir, y nos centramos con la revolución que su mente esta llevando al deporte.
No es casualidad, más bien al contrario, que dos formatos tan consolidados ahora cambien de golpe. Hablo de la Copa Davis en tenis y la Supercopa de España en fútbol. Ambos han reducido sus formatos convirtiéndolos al estilo NBA. La Davis pasa a celebrarse únicamente en una semana y en una ciudad, y la Supercopa de España incluirá a su vez una forma de final four eliminatoria que con un fin de semana largo ya tendríamos resulto. Y ¿a qué conclusión llegamos? Que el fútbol y ahora también el tenis, definitivamente podemos empezar a decir que ya es más un espectáculo que un deporte. El sistema cambia, las nuevas fórmulas nos recuerdan que la vida es un gran teatro pero también que el deporte mueve tanto dinero que la mejor forma de generar muchos ahora rompe con el romanticismo de sus reglamentos. La guinda del pastel será ver a Shakira en una Davis cantar y de aquí poco tiempo, seguro que la Champions priorizará quien canta antes de la final como si se tratara de una SuperBowl americana.
¿Lo más curioso de todo? Que quién lleva la revolución a mi casa es una persona que ama el fútbol, Gerard Piqué. Pero también ama hacer dinero