Lo avanzamos en exclusiva en La Ronda hace un mes: la lesión de Umtiti no era ninguna tontería. Y lo digo con este lenguaje más llano, pero no por eso le quiero restar en ningún caso la importancia y la gravedad de la situación a la que se enfrenta uno de los jugadores puntales en la defensa azulgrana. Los servicios médicos del Barça continúan reticentes a dar ningún tipo de información, esto ya lo sabemos, pero pretender alargar el misterio cuando el problema cada vez es más evidente no será un trabajo fácil. Y quien calla, otorga, y en este caso, es que tiene mucho que decir.
Entendiendo que el jugador y el Barça como club no quieren hablar, de las palabras de su entrenador Ernesto Valverde ya se desprende la idea que hace tiempo avanzamos: Umtiti puede despedirse, como mínimo, de la temporada. El txingurri, preguntado en rueda de prensa sobre si no descarta un fichaje de invierno para sustituir al francés, no ha dicho que sí pero tampoco que no, por lo tanto, puerta totalmente abierta.
La reaparición en el Wanda Metropolitano contra el Atlético de Madrid fue un espejismo, contra el PSV ya volvió a caer en la desgracia. Y fijaos bien: desde el club hablan en todos los comunicados de prensa oficiales sobre unas molestias a la rodilla izquierda, pero en ningún caso detallan si es muscular, de huesos y el tiempo de recuperación aproximado. Aspectos que sí especifican en lesiones normales. ¿Recordamos la rotura del radio derecho de Messi? O sin ir más lejos, ¿la rotura del semimembranoso de la pierna izquierda de Sergi Roberto? ¿Y en cambio la baja de Umtiti que ya trae más de dos meses se basa sencillamente con unas simples molestias? ¿A quién quieren engañar?
El alcance del problema, ya lo detallará el jugador o el Barça. Ahora se plantearían operarlo mientras que Umtiti se ha negado en rotundo. Y cuando hay criterios tan diferentes entre una y otra parte es que el remedio no es cien por ciento fiable que se resuelva pasando por el quirófano. Samuel Umtiti tiene 25 años, una carrera por delante, pero quizás se ve rota más pronto de lo que nos imaginamos.