Todo el mundo habla del pobre Valverde, la esperanza Setién y el Xavi del futuro. Tal vez ninguna de estas tres premisas son ciertas, vamos paso a pasa y de forma resumida.
Ernesto Valverde llevaba tiempo esperando que lo despidieran porque como es obvio, así cobra más a diferencia de si lo decide él. Pero esto no es todo. Este verano se firmó una suculenta renovación de contrato para ya contemplar este futurible para la misma temporada siguiente, o sea esta. Es decir, te firman para pagarte más porque ya saben que no la terminas.
La esperanza Setién o el Cruyff ibérico. Igual que el toro ahora parece que también tenemos una raza cruyffista en nuestra casa. No ha demostrada nada, veremos la credibilidad que le dan unos jugadores acostumbrados a hacer lo que les da la gana en los últimos tiempos, y donde la única esperanza es que el fútbol es tan imprevisible que también lo es para revertir situaciones imposible. De momento, pies en el suelo.
El futur Xaxi, De entrada el futuro inmediato porque de las últimas cosas que ya le dijeron desde el Barça y una vez ya había dicho que no quería venir este mismo lunes a presentarse, como pretendía Abidal, es que a finales del mes de febrero a mucho estirar principios de marzo, volverían a decir que reemprenderían conversaciones para traerlo el mes de septiembre. Surrealista pero Xavi se deja querer, como es lógico. Aunque es una persona que aplica la lógica y no la encontró oportuna para irse ahora como tampoco que viniera para decirle que el año 2020 existieran teléfonos. Recordemos que hoy se juega la final de Copa de Qatar, es el embajador del Mundial y tienen una relación estrecha de amistad con el emir. Las formas son importantes y Xavi siempre lo ha tenido claro.
Por todo, la conclusión final: la silla de entrenador en el Barça no puede ser una subasta.
