Joan Laporta ha abierto la caja de los truenos del vestuario y se ha encontrado grandes decepciones. A ver si los Piqué y compañía acabarán echando de menos tomar el pelo a Bartolomé, recordamos que con él incluso conseguía la financiación para producir documentales fallidos a Rakuten TV. A Laporta, ahora le preocupa más los jugador que el propio entrenador. Un Koeman que, por cierto, si no se encuentra un buen sustituto podría quedarse teniendo en cuenta que sí o sí y lo tendrán que comer con patatas porque tiene firmado con el club un año de contrato más.
Laporta tiene que coger la escoba y hacer una limpieza profunda y hoy seré escueta en este informe porque sólo le pediría o aconsejaría una cosa: que se sepa rodear bien a la hora de empezar a arrancar las malas hierbas. Enric Masip es de su confianza y lo puede hacer bien pero no podemos trasladar la gestión del balonmano de las últimas horas a la del fútbol, como hemos visto prescindiendo del legendario David Barrufet después de 37 años en el club e incluso, aparte de hacer de portero, entrando en la cocina de la directiva. O fijándose qué hacer con la Masia, García Pimienta por ejemplo aún no se sabe si renovará o no con el filial. Ahora mismo tiene muchas variables que no le aseguran el banquillo. Así pues, que el Laporta aplique aquella frase suya que dice ¡AL LORO!