Joan Collet ya ejerce como el 27º presidente del Espanyol. El sueño de alguien que ha ido cumpliendo etapas en el club de su vida se ha visto cumplido por fin, aunque no le espera, ni mucho menos, un camino de rosas. Tras el esperpéntico espectáculo de la junta de accionistas, Collet ya sabe que tendrá la difícil misión de convencer a la amplia masa social que está en contra de su elección. De que consiga trabajar en calma o que aumente la ya irrespirable tensión social dependerá el futuro de un club que no se puede permitir más división. Por eso, en las entrevistas radiofónicas que el flamante nuevo presidente concedió ayer se repitió una palabra: unidad. “Quiero ser el presidente de todos”, insistió un Collet ya más aliviado que el lunes, donde las sensaciones fueron contrapuestas.
La mejor forma de olvidar todo lo ocurrido es ponerse a trabajar. Y ayer por la tarde, ya hubo la primera reunión del Consejo de Administración. Once consejeros más el presidente, que seguirá ejerciendo de consejero delegado. ‘Supervivientes¿ del anterior Consejo, como Rafael Entrena, Albert Garrofé y Enrique Beltrán, exconsejeros de otras etapas, como José Luis Morlanes y Anna Maria Fusté, y el resto, sangre nueva para romper con el ‘estigma’ del continuismo. Un Consejo variado que tiene ante sí un reto muy complicado.
Y es que Collet ya tiene deberes desde el primer día. El primero, la unidad, pero no el único. Como siempre, todo estará supeditado a que entre o no la pelota, y si sigue sin entrar, tocará tomar las primeras decisiones drásticas. Collet ha mostrado públicamente su apoyo al técnico, pero a nadie se le escapa que una derrota ante el Getafe dejaría en el disparadero a Mauricio Pochettino y por ende, a Ramon Planes. El consejero de la Deportiva, Iñaki Pérez, asume un papel protagonista en el que se apoya en otros dos exfutbolistas, Jordi Lardín y Ángel Morales, para reverdecer los laureles del fútbol base. Cristóbal Casado ya ha hecho las maletas…
Pero las necesidades no son solo deportivas. Económicamente, hay que hacer frente a pagos trascendentes para el futuro de la entidad y tienen que ser en los próximos días. Hacienda es lo que más apremia y ahí será fundamental José Luis Morlanes y sus contactos para lograr una moratoria. El otro gran objetivo será el de reestructurar la deuda para no entrar en el concurso de acreedores. Ayer, Collet reconoció que si el nuevo estadio se tuviera que construir ahora, no emprenderían la misma aventura. Pero ya está hecho, y toca apechugar.
Collet tiene el compromiso de la otra candidatura de dejarle trabajar tranquilo. Sergio Oliveró no internvendrá, y la APMAE, cuyo voto delegado en la JGA llegó al 8% del capital presente, mantendrá una postura similar a la que tuvo tras la elección de Condal. Por cierto que el ya expresidente se acercó ayer por la Ciudad Deportiva. Él ya cumplió su sueño.
Fuente: www.sport.es