Dolor de cabeza, fatiga, dolores musculares y la garganta seca. ¿El diagnóstico? Una resaca de narices después de una noche brutal en el Camp Nou. Bienvenida sea. Me lo pasé bomba viendo al Barça. Sí… era el Viktoria Pilsen, 8 de septiembre, primera jornada de la fase de grupos pero dejadme tranquilo y no me venga con que “inquire ni se demanen elija conclusiones…”. ¿Qué no?
¿Cuánto tiempo hacía que el equipo no tenía esa voracidad? ¿Cuánto fue la última vez que vio a un Barça tan imponente en Europa? ¿Y a un jugador haciendo las delicias de Dembélé? ¿Y a un delantero como Lewandowski?
Mamma mia… ¿de dónde ha salido este señor? Lo que ha hecho en 5 partidos puede considerarse pornografía. Definitivamente nos ha invadido la euforia y ya no hay quien nos detenga. Si en las próximas semanas donde el equipo tendrá exámenes de mucho más nivel, vemos esta versión del Barça, deberemos replantearnos los objetivos y empezar a hablar de ganarlo todo. Ahora sí que, que tiemble Europa, que tiemble el mundo, esto ya no hay quien lo detenga.
