Xavi Hernández sustituyó a Ronald Koeman en el banquillo del Barça hace justo un año, y lo cierto es que en tan corto periodo de tiempo, al de Terrassa le ha tocado vivir de todo.
En lo que respecta al balance anual del técnico culé, sus números reflejan 33 victorias, 11 empates y 12 derrotas en 56 partidos disputados entre todas las competiciones (LaLiga, Champions, Europa League, Copa del Rey y Supercopa). Y en cuanto al cómputo goleador, Xavi acredita 108 a favor y 57 en contra.
Caben destacar luces y sombras en estos 365 días, como la incontestable goleada de los culés en el Bernabéu por 0-4 la temporada pasada y el reciente y amargo adiós a la Champions en la fase de grupos por segundo año consecutivo.
Pero tal vez el fiasco que más críticas le costó al egarense fue la eliminación de la Europa League a manos del Eintracht Frankfurt el curso anterior. No obstante, desde la Junta se le ha apoyado incondicionalmente porque se entiende la evidente necesidad de tiempo y paciencia para construir un equipo que vuelva a triunfar.
Al margen de su papel en lo estrictamente futbolístico, a Xavi también se le ha de reconocer la valentía en toma de decisiones como su determinación en los fichajes y en el rejuvenecimiento de la plantilla. Un claro ejemplo es la reciente salida de Gerard Piqué, a quien en verano le trasladó que casi no tendría protagonismo. Lo mismo sucede con Jordi Alba o Sergio Busquets, emblemas a los que ha dejado en el banquillo en diferentes ocasiones en detrimento de jóvenes como Balde o Gavi, entre otros.