La temporada del Barça de Xavi empezó sobre ruedas, ganando 5 de los primeros 6 partidos disputados, pero en cosa de un mes y con un parón de selecciones de por medio, la situación se ha torcido y de qué manera.
Las bajas de Araújo y Koundé se preveían importantes, pero no tanto, y sumando la posterior lesión de Christensen, la zaga culé se quedaba en cuadro.
Sobre Piqué y Eric García caía la responsabilidad de aguantar defensivamente al equipo, responsabilidad a la que no han respondido con éxito. El campeón del mundo en 2010 quedó retratado en el empate a uno interista en el Camp Nou, mientras que el joven, que siempre ha sido discutido por su falta de contundencia, dejó ver sus carencias en el 1 a 2 de Lautaro que heló a todos los culés. En el Bernabéu tampoco tuvo su mejor actuación.
Pero no sólo ellos han sido señalados hasta el momento. Busquets, que sí ha sido indiscutible para Xavi desde el minuto uno, es uno de los más señalados por lo que ha sufrido en transiciones, con el claro ejemplo del Inter en el Camp Nou. Y en la línea de Eric García, por su falta de contundencia, no pudiendo derribar a un Kroos que acabaría habilitando a Vinicius para el que acabaría siendo el 1-0 de Benzema.
El siempre señalado Sergi Roberto, sigue siendo uno de los más castigados por la afición culé. A estos se les añade Dembelé, apuesta directa de Xavi, y el fichaje brasileño Raphinha, que se ha ido deshinchando.
De estos dos jugadores se espera mucho, y hasta el momento no están sumando méritos para ser los acompañantes de Robert Lewandowski, por sus repetidas pérdidas de balón y sus malas tomas de decisión.
Por suerte para Xavi, el equipo este año tiene fondo de armario en casi todas las posiciones, y los Koundé, Baldé, De Jong, Ferran, Ansu, se esperan que tengan una nueva oportunidad para cambiar la dinámica.
Veremos lo que decide Xavi, lo que parece claro es que este Barça necesita un cambio de rumbo.
