Luis Enrique seguirá una semana más con su política de rotaciones que tiene como objetivo prioritario llegar al mes de marzo con las máximas prestaciones posibles para encarar con garantías el pase a la final de Copa y el acceso a los cuartos de final de Champions así como recortar las distancias respecto al Real Madrid en Liga con el clásico del 22 de marzo en el Camp Nou en el horizonte.
El primer cambio de cara al partido de mañana en Granada está cantado ya que volverá a la portería de la Liga, Claudio Bravo en detrimento de Ter Stegen, que hasta nueva orden es el portero de Champions y Copa.
En defensa también podría haber más de una rotación. La entrada de Marc Bartra en el eje central parece la más probable, aunque jugadores como Adriano o Mathieu también tienen muchos números. No se puede descartar tampoco que Mascherano adelante su posición y vuelva a ejercer de pivote defensivo para así dar descanso a Sergio Busquets, un jugador que lleva muchos partidos en sus piernas y que necesita estar al cien por cien para afrontar los próximos retos.
Así pues, si el jefecito podría ser una de las novedades en el mediocampo, a las que se unirían también Xavi Hernández y Rafinha, que entrarían por Iniesta y Rakitic, respectivamente.
El de Terrassa lleva un 2015 ciertamente desconcertante ya que tras la derrota en Anoeta sus apariciones están siendo muy esporádicas -tres partidos titular de trece disputados-. En cualquier caso siempre que ha jugado su rendimiento y actitud en el campo han sido ejemplares como demuestra que en San Mamés saliera del campo ovacionado por la afición rival.
Xavi asume perfectamente su nuevo rol dentro del equipo -Luis Enrique no le engañó al explicarle en verano que su papel no sería tan relevante en el campo-, pero eso no quiere decir que se conforme con su situación y seguirá trabajando en los entrenamientos para revertirla.
Lo que no hará nunca es poner mala cara ni intoxicar el vestuario porque, como siempre ha hecho en su carrera, antepone el interés colectivo al personal. Y ahora aún más, si cabe, al ejercer como primer capitán, portavoz y máxima autoridad de la plantilla.
De hecho, Xavi ha sido una persona clave para apaciguar los ánimos y rebajar la tensión entre Messi y Luis Enrique tras el incidente en el primer entrenamiento del año, la posterior suplencia de Leo en Anoeta y su ‘espantá’ en el entrenamiento de puertas abiertas en el Mini con el cabreo consiguiente del entrenador.
El centrocampista tendrá como compañero de baile casi con toda seguridad al brasileño Rafinha. No hay que olvidar que la pizarra de Luis Enrique concibe el mediocampo como un vaso comunicante entre un pelotero y un currante, por lo que dará cabida de nuevo a este reparto de roles en el campo en busca del equilibrio entre líneas.
Y es que el próximo miércoles el Barcelona se juega alcanzar su primera final del año. El objetivo parece bastante plausible al contar con un 3-1 a favor y que podría haber sido aún mayor si Neymar no hubiera fallado una pena máxima. En cualquier caso para este partido en Villarreal, Lucho apostará una vez más por su once de gala.
A ROMPER LA MALDICIÓN DE LAS 16 HORAS
El Barça vuelve a jugar esta semana en el horario que peor se le da estas últimas temporadas. Una semana después de haber perdido en el Camp Nou ante el Málaga en el partido que abrió la jornada del sábado, el equipo de Luis Enrique visita al Granada en un encuentro que volverá a iniciarse a las cuatro de la tarde. No está siendo precisamente un horario propicio para los intereses del Barça en las tres últimas campañas. De hecho, las estadísticas demuestran que se le indigesta.
Ser el primero en abrir el fuego los sábados no es garantía de victoria para el Barça. Acostumbrado a empezar jugar en la franja que va de las 17 a las 22.00 horas, al equipo blaugrana no le sienta bien adelantar sus partidos a las 16.00 horas. Su balance en las tres últimas temporadas es elocuente, ya que sólo ha podido conseguir la victoria en seis de los doce encuentros de Liga que ha disputado a esa hora, mientras que ha perdido cuatro y ha cedido otros dos empates.
Esta campaña, por ejemplo, el Barça acumula tres triunfos (Athletic y Córdoba en el Camp Nou y Almería fuera), una derrota (Málaga en casa) y un empate (en el Coliseum Alfonso Pérez). La temporada anterior su balance tampoco fue especialmente brillante (tres victorias, un empate y dos partidos perdidos), mientras que hace dos años cayó en el único partido que disputó a esa hora (2-1 en el campo del Real Madrid).
El mejor horario para el Barça es claramente el de las cinco de la tarde, ya que en las dos últimas campañas ha ganado todos los encuentros que ha disputado a esa hora. Tampoco le va mal empezar a las 21.00 y 22.00 horas, en los que su porcentaje de éxitos es del 89% y el 86%, respectivamente. A las 18.00 horas su porcentaje baja al 75%, mientras que en el resto de horarios su balance es el siguiente: 73% a las 20.00 h., 62% a las 20.45 h. y 60% a las 19.00 h. Si sólo contabilizamos las dos últimas temporadas, el equipo blaugrana sólo ha ganado el 54% de los partidos que ha disputado a partir de las 16.00 h.
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Fuente: www.sport.es
